El canciller Heraldo Muñoz, afirmó que la contramemoria de la demanda marítima que presentó Bolivia en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) avanza a buen ritmo y permitirá responder las “falacias y distorsiones de la historia” del país vecino. Muñoz y el agente ante la CIJ, José Miguel Insulza, se reunieron en París con los abogados que defienden a Chile en la demanda boliviana para obtener una salida al mar para afinar detalles del documento que deben presentar a la corte antes del 25 de julio. “Hay elementos jurídicos que apuntan a demostrar que Chile nunca ha estado obligado a negociar. Lo que hubo a través de la historia fueron intercambios diplomáticos de buena voluntad entre dos países vecinos”, sostuvo Muñoz en la capital francesa en unas declaraciones difundidas por la Cancillería.
El jefe de la diplomacia chilena consideró que existen “distorsiones” que se deben aclarar para que los jueces de la CIJ “entiendan el contexto en el que se establecían las relaciones entre repúblicas jóvenes que en el siglo XIX experimentaron guerras, conflictos, que cambiaron las fronteras”. El ministro se refirió así a la Guerra del Pacífico, que a fines del siglo XIX enfrentó a Chile con Perú y Bolivia, y en la que el país altiplánico perdió su acceso soberano al océano Pacífico. Muñoz sostuvo que fue Bolivia la que le declaró la guerra a Chile, y consideró relevante que “la Corte y la opinión pública internacional tengan conocimiento real de los hechos”.
Otro tema que ha crispado la relación bilateral es la polémica por las aguas del Silala, un asunto que Bolivia ha advertido llevar a la CIJ y que en las últimas semanas ha provocado acusaciones cruzadas sobre la presunta instalación de bases militares a ambos lados de la frontera.
Chile ha intentado demostrar que posee un puesto de patrullaje militar 300 kilómetros al norte del Silala para apoyar la lucha policial contra el narcotráfico y el contrabando del lado boliviano de la frontera. Y el presidente boliviano, Evo Morales, dijo que estaba convencido de que Chile había retrocedido en la idea de instalar una base militar cerca de las aguas del Silala. Chile, en cambio, defiende que se trata de un río que discurre por territorio internacional y que tiene derecho al uso de ese recurso natural.