El martes 8 de septiembre, entró en vigencia la nueva Ley de Portabilidad Financiera, la que permitirá que tanto personas como las micro y pequeñas empresas puedan cambiarse de proveedor de productos financieros como cuentas corrientes, tarjetas de crédito, créditos hipotecarios, de consumo y automotrices, siguiendo un modelo similar al utilizado en la portabilidad numérica utilizado en telefonía móvil
Con la portabilidad financiera, aumentará la competencia en el mercado, se reducirán significativamente los costos y tiempo para realizar trámites de cambio de institución financiera y, en definitiva, permitirá que las personas accedan a servicios y productos financieros en mejores condiciones.
“Esta es una gran noticia sobre todo para quienes tengan deuda, ya que muchas veces al cambiarse de banco es un trámite tortuoso, además de costoso. Esto permite reducir esos costos y facilitar los trámites, es el banco el que hace ese procedimiento”, destacó el gobernador Donoso.
Por su parte, el titular de Economía en la región, Matías Pinochet, resaltó que “con esto esperamos que bajen los costos de todos los productos financieros que están en la banca, al igual como ocurrió con la portabilidad numérica, lo que finalmente beneficia al consumidor”.
Esta ley facilitará el refinanciamiento de todo tipo de crédito, permitiendo disminuir los costos que pagan las familias de Chile a raíz de sus deudas. Esto tiene el potencial de aliviar de manera importante el presupuesto de las familias endeudadas, las cuales actualmente destinan en promedio un 25% de sus ingresos mensuales para cubrirlos.
Además, se disminuirá el costo y el número de trámites asociados al refinanciamiento. Por ejemplo, para refinanciamientos de créditos hipotecarios disminuirán en 60%; para un crédito de 1000 UF el costo actual de refinanciar es de $700.000. Ese costo pasará a ser aproximadamente de $280.000, obteniendo un ahorro de más de $400.000. Mientras que los tiempos se disminuyen en 40%, ahorrándose aproximadamente 30 días menos.
Se espera que con esta ley aumente la tasa de refinanciamiento. En México, con una reforma similar, subió de 1,6% a 14,3% en dos años.