El dirigente regional de los funcionarios del Sename del Centro Entre Silos, Maximiliano Hernández, aseguró que ellos como dirigente le solicitaron a la Directora Regional del SENAME como a la Seremi de Justicia que se habrá un Sumario por la muerte de un joven, que el día 22 de Julio del año 2015, se lanzó de un edificio ubicado en plena plaza de armas de Talca. Hernández afirmó que este joven estaba atravesando por difíciles momentos, pero no se le dio la atención oportuna como derivarlo a tratamiento psicológico, entre otros especialistas.
Maximiliano Hernández, fue enfático en que exigirá a las autoridades correspondientes que deben hacer todas las investigaciones del caso para establecer los motivos que desencadenaron que este joven haya tomado tan drástica medida y cuál es la razón que nadie haya hecho hasta el momento o simplemente querían dejar esta muerte en la más completa impunidad.
Aquí todos tienen responsabilidad en la muerte de este joven y resulta inexplicable e inexcusable que a más de una año de este trágico hecho, aun no se haya dispuesto un sumario para establecer sus causas y los más grave es que la Directora autorizó las vacaciones a la única sicóloga que estaba efectuando su labor profesional, ya que la otra sicóloga se encontraba haciendo uso de licencia médica. Es decir, los menores no podían contar con ayuda especializada debido a una mala administración.
Hernández insistió que no había una investigación sumaria y que hubo protocolos preestablecidos en el interior de la Institución que no se cumplieron y eso hay que establecerlo y si existieron faltas administrativas, deben asumirse las responsabilidades y efectuar sanciones ejemplarizadoras.
El Sename no sólo le debe una explicación a la familia del menor fallecido sino que a toda la ciudadanía y deben ejercerse las acciones correctivas con la mayor celeridad puesto que no pueden seguir muriendo menores que le son entregados en custodia y lo que es peor, hacer como que no sucedió por el sólo hecho de sus precarias condiciones socioeconómicas.
Cabe la pregunta: ¿Si el menor hubiera sido apoyado por una sicóloga, aún estaría con vida?