Varias decenas de miles de estudiantes salieron nuevamente a las calles de Santiago y otras ciudades del país, en demanda de una educación de calidad, gratuita y sin lucro y en rechazo a la reforma que impulsa el Gobierno en el sistema educativo.
Los vecinos que, hastiados de la violencia que suele enmarcar las protestas estudiantiles, salieron a la calle para demandarles un comportamiento pacífico. No obstante, a poco de comenzar la marcha estallaron también choques entre carabineros y grupos de manifestantes encapuchados que, según las autoridades, no respetaron el trazado autorizado para desplazarse.
La propia presidenta Michelle Bachelet, había llamado en la víspera a los jóvenes a manifestarse “con tranquilidad y con responsabilidad”.
Los incidentes, que se dieron en diversos puntos del recorrido y en calles cercanas, dejaron varios detenidos, entre los que figuraba un adolescente que portaba una pistola de juguete y otros tres que cargaban pintura para rayar las murallas.
El proyecto, según los estudiantes, mantiene una lógica de mercado y deja la puerta entreabierta al lucro en la educación universitaria, además de incumplir la promesa de gratuidad universal comprometida por el Gobierno.
José Corona, portavoz de la Confederación de Estudiantes Secundarios de Chile (Cones), llamó al Gobierno a “ponerse los pantalones” respecto de las demandas del movimiento estudiantil”.
La marcha fue convocada por la Confech, que agrupa a las federaciones de universitarios, y las principales organizaciones de estudiantes secundarios, en rechazo a un proyecto sobre educación superior que el Gobierno enviará en los próximos días al Congreso.