Quizás una de las tradiciones más antiguas y bonitas de nuestro país es la de los volantines, que durante este mes de septiembre sale a relucir en nuestro cielo en su máximo esplendor, ya que es común ver tanto a niños o grandes, disfrutar elevando volantines de distintos colores al ritmo de la brisa. Esta tradición que a tantos apasiona, muchas veces es pasada de generación en generación y los fabricantes de volantines son los encargados de que esta nunca muera. Este es el caso de Luis Elgueta, que lleva más de 30 años con este oficio y si bien tiene momentos duros de sacrificio, dice que todo esto se paga cuando ve a un niño feliz, elevando su primer volantín.
Este tradicional juego chilenos, viene desde los tiempos de la colonia, y si bien su origen no es criollo, fue tanto el entusiasmo y aceptación que generó, que tomamos a los volantines como nuestros. Este objeto se ve sencillo a simple vista, pero detrás hay un trabajo esforzado que requiere de tiempo y dedicación, ya que mientras todos celebran estas fechas ellos deben estar vendiendo o confeccionando los volantines.