Con la entrega de más de $ 6.732 millones, INDAP ha puesto en marcha un plan de ayuda dirigido a más de 46.800 pequeños agricultores a lo largo del país, con el propósito de que puedan enfrentar de mejor manera la emergencia generada por la sequía y la pandemia del Covid-19. Los recursos han sido distribuidos a través del Fondo de Operación Anual (FOA) con que este servicio del agro apoya a los productores agrícolas que forman parte del Programa de Desarrollo Local (Prodesal), implementado en 258 comunas rurales del país por medio de convenios con 254 municipalidades, una universidad y tres agentes privados.
Al 31 de mayo ya se han distribuido $ 3.800 millones, equivalentes al 57,5% del total de los recursos; a esta cifra se suman más de $ 1.035 millones comprometidos para una pronta entrega. Los recursos serán destinados a la adquisición de productos e insumos como alimento para ganado y abejas, fertilizantes, compost y sustratos. También se considera la compra de implementos de riego (cintas, polietileno), material para cercos, estanques acumuladores de agua y diverso tipo de herramientas. Equipos para la aplicación de agroquímicos, materia prima para la producción de artesanía e implementación para emprendimientos de turismo rural, son otros de los fines que tendrán estos recursos.
El director nacional de INDAP, Carlos Recondo destacó que el Prodesal es uno de los programas más importantes de nuestro servicio: reúne a 68 mil pequeños agricultores a lo largo del país y, entre otros apoyos, considera la entrega de capital de trabajo, particularmente a microproductores. “Son más de 6.700 millones de pesos para que productores agrícolas puedan enfrentar los procesos productivos que en esta época les significan importantes gastos; son recursos que invierten en alimento para ganado, alimento para abejas, fertilizantes, compost, materiales e insumos para mejorar el nivel productivo de sus procesos”, detalló.
“Lo que estamos haciendo es anticipar la entrega de los recursos del programa para que puedan enfrentar de mejor manera las dificultades que han tenido producto de las restricciones que significan la crisis sanitaria y la situación económica que está viviendo el país. Estamos una entregando una gran ayuda dadas las circunstancias que estamos viviendo”, señaló Carlos Recondo.
En consideración a la pandemia y a la crisis sanitaria que enfrentamos, la distribución de estos recursos se ha hecho preferentemente por medio de transferencias bancarias para evitar que los pequeños agricultores se expongan a eventuales contagios; en menor medida se han entregados cheques en las oficinas de INDAP, además de la compra directa de insumos y productos como alimento para ganado por parte de los profesionales del Prodesal.
Estos recursos están dirigidos a lo que INDAP ha definido como microproductores a pequeños agricultores participantes del Prodesal y que producen principalmente para su autoconsumo, con un capital de trabajo e inversión limitado; poseen poca disponibilidad de capital productivo, integran sistemas económicos frágiles que limitan el potencial de sus unidades productivas. De acuerdo a esta caracterización, habitan y desarrollan su actividad en sectores con un difícil acceso a bienes y servicios sociales, aspecto que afecta directamente sus condiciones de vida.
Las cuatro regiones que mayor cantidad de recursos reciben son Maule ($1.188.525.000 y 10.147 usuarios), O’Higgins ($666.540.000 para beneficiar a 5.906 pequeños agricultores), Coquimbo ($527.735.000 que apoyará a 4.584 productores) y La Araucanía ($488.290.000 para ayudar a 4.246 campesinos). Entre los rubros que recibirán este apoyo destacan pequeños ganaderos, apicultores, crianza de aves, hortaliceros y floricultores (en invernadero y al aire libre), huertas caseras, frutales menores, artesanía, turismo rural y alimentos procesados.
La ayuda entregada por INDAP busca entregar liquidez a los pequeños productores, de manera que puedan mantener su capacidad productiva y que estos aumenten sus ingresos generados a partir de la agricultura y de sus actividades conexas, pudiendo comercializar la producción excedente y complementando los ingresos económicos del hogar. Esta focalización busca entregar nuevas posibilidades a los usuarios más vulnerables dentro del programa.