En el contexto actual, otro grupo considerado de riesgo son las mujeres
embarazadas, quienes históricamente, han sido afectadas en forma más severa frente a
brotes de infecciones respiratorias, en comparación a mujeres no embarazadas.
Consultado por la posibilidad de transmisión vertical (madre-hijo), el ginecólogo y docente
de la Facultad de Medicina UCM, Dr. Eduardo Oliva explicó que “Existen estudios recientes
que no han demostrado transmisión de COVID-19 en nasofaringe de recién nacidos, ni en
líquido amniótico ni en sangre de cordón umbilical. Tampoco se ha encontrado en leche
materna. Sin embargo, aún no se cuenta con toda la evidencia suficiente para descartar
totalmente el riesgo para el niño durante el embarazo”, advirtió.
En cuanto a las precauciones que deben tener, durante el embarazo y puerperio, que es el
tiempo que dura la recuperación completa después del parto, entre cinco y seis semanas
aproximadamente.
Dentro de las recomendaciones están:
– No asistir a recintos educacionales o al trabajo, en la medida de lo posible.
– No asistir a áreas públicas de forma innecesaria (malls, cines, parques, etc.)
– Acudir a los establecimientos de salud solo en caso de control prenatal habitual o consulta
de urgencia Gineco-Obstétrica o en caso de presentar alguno de los principales síntomas
del COVID-19 tales como tos seca, fiebre sobre 38ºC o dificultad respiratoria o presentar
algún signo de alarma propio del embarazo.
– No utilizar el transporte público, en la medida de lo posible.
– Ventilar las habitaciones de manera periódica.
– Limitar los viajes a los estrictamente necesarios.
– Vacunarse contra la Influenza y la tos convulsiva (que forma parte del programa anual de
inmunizaciones).