Una práctica común en estas celebraciones de fin de año, especialmente entre los jóvenes es el “consumo intensivo” o “Binge Drinking”, entendido como el consumo de cinco o más tragos en hombres en menos de dos horas y cuatro tragos, en el mismo tiempo, entre las mujeres.
Dentro de las consecuencias está pérdida de conciencia, disminución de la frecuencia respiratoria, de la temperatura corporal, además se puede producir una baja en la presión arterial, entre otros síntomas. Además de estar asociado a “mayor incidencia de accidentes de tránsito y conductas de riesgo como tener actividad sexual sin protección, riñas, etc.”, explicó el Dr. Felipe Navia, psiquiatra, docente de la Facultad de Medicina de la UCM.