Como Consejero Regional del Maule, quiero expresar de forma clara y enfática mi crítica hacia las recientes declaraciones de la Gobernadora Regional, emitidas en un matinal en línea de Talca el día 11 de noviembre. En dicha entrevista, la Gobernadora mencionó la posibilidad de presentar su renuncia antes del 15 de noviembre, en un contexto de rumores y publicaciones en medios digitales que han señalado su intención de dejar el cargo para postular a otros roles de relevancia regional.
Afirmó que su partido, la Democracia Cristiana, le estaría solicitando renuncias a diversos cargos para habilitarlos como candidatos en las próximas elecciones. También indicó que no aspira al Parlamento, y que su objetivo sería continuar como Gobernadora. No obstante, sus declaraciones generan confusión e inquietud respecto a los motivos reales de su renuncia, y plantean justificaciones que considero impropias y engañosas para la ciudadanía.
En base al contexto y en el mismo matinal el día de hoy martes el Consejero Regional Alamiro Garrido indica. En primer lugar, recordemos que fue elegida mediante un proceso democrático y que, por tanto, debe respeto y lealtad a sus electores, así como a todos los ciudadanos de la Región del Maule. Su compromiso, más allá de responder a su partido político, es con toda la comunidad.
En segundo lugar, afirmar que desea renunciar para competir “en igualdad de condiciones” con otro candidato no solo es cuestionable, sino que confunde el rol y los deberes de un cargo como el suyo. Como autoridad, su deber es cumplir con las condiciones y responsabilidades del cargo tal como están estipuladas, sin excusas ni concesiones.
Tercero, y quizás lo más preocupante, es su argumento de que esta renuncia busca evitar “que la gente hable del mal uso de los recursos públicos”. Como autoridad, debería actuar con la ética y responsabilidad que exige su mandato, sin preocuparse de rumores o especulaciones. Su conducta y el manejo de los recursos deben estar siempre apegados a la ley, y si existe transparencia, no hay razón para temer comentarios infundados.
Aquí lo central es la honestidad: si renuncia ahora, es importante reconocer que se trata de una decisión personal para habilitarse ante las próximas elecciones parlamentarias en 2025, tal como lo establece la normativa para cargos de elección popular. La ley exige esta renuncia con un año de anticipación, y sería oportuno y transparente que esta motivación se explicite ante la ciudadanía. En caso de no ganar la elección a Gobernadora, la ley le permitiría postular a un cargo en el Senado o en la Cámara de Diputados; sin embargo, es esencial que esto se informe de manera honesta a quienes votaron por ella.
Si la Gobernadora no tiene intención de postularse al Parlamento, el camino es simple: no renuncie a la Gobernación. Abandonar el cargo bajo la excusa de “igualdad de condiciones” o de “no querer ir al Parlamento” es confuso y envía un mensaje equívoco a la ciudadanía. Y si realmente estuviese preocupada por los comentarios sobre el uso de recursos, una salida responsable habría sido renunciar en la primera vuelta.
Mi emplazamiento es, entonces, a la transparencia: la ciudadanía del Maule tiene el derecho a conocer la verdad detrás de esta posible renuncia. Fuimos electos democráticamente, y es nuestro deber, por respeto a esa confianza depositada, comunicar con claridad y sinceridad las razones de nuestras decisiones.