Los futuros tecnólogos médicos de la Universidad Católica del Maule (UCM) no solo serán los primeros en formarse en las menciones de Imagenología y Física Médica; y Oftalmología y Optometría. También son los primeros profesionales de la salud que podrán brindar atención a la comunidad sorda.
A través de la asignatura Lengua de Señas que se imparte en el segundo año de la carrera, los jóvenes aprenden este idioma adaptado a sus necesidades profesionales para poder comprender y expresarse de manera correcta.
La docente Sandra Cruz explica que en el módulo “trabajamos con Mariela Yévenes, representante de la comunidad sorda, ella es quien enseña su lengua y yo hago de intermediaria. Con esta asignatura vamos generando conciencia entre los jóvenes de lo que implica aprender este lenguaje que es un idioma más para que, en un futuro, pueda ofrecer una buena atención a una persona sorda”.
“Incorporar la lengua de señas es sumamente importante porque estamos hablando de una comunidad que tiene restringido el acceso a la información, que accede mucho al sistema de salud y cuando lo hace se ve bloqueada su comunicación con el personal, generalmente tiene que pedir a familiares o amigos que puedan servir como intérpretes y encuentran grandes dificultades para expresar su sintomatología y para comprender el tratamiento o las indicaciones que deben seguir. Eso llega a que se sientan aún más discriminados”, expresó Cruz.
Los estudiantes son conscientes de ello y por eso valoran la preparación inclusiva que tienen. Fabiola Díaz, estudiante de la carrera calificó su paso por la asignatura como una “buena experiencia y gratificante” y valoró el trabajo de las docentes a cargo “que tenían toda a paciencia para repetir cada seña para que pudiéramos hacerlo correctamente y poder expresar conceptos de forma adecuada”.
Díaz sabe que este aprendizaje marcará su futuro como tecnóloga médica porque “las personas sordas pertenecen a una minoría social y les complica comunicarse, el hecho de que uno como profesional sepa expresarse da tranquilidad al paciente respecto a los procedimientos que se van a realizar y eso disminuye la incertidumbre y, por tanto, la preocupación y la ansiedad. Encuentro genial que se incluya esta asignatura porque la mayoría de los profesionales no tienen esta opción y cuando llega el momento de enfrentarse a una situación así no saben qué hacer y se vuelve un proceso frustrante”.
Son cerca de 500 mil las personas que utilizan la lengua de señas chilena (LsCh), y, según el director de la Escuela de Tecnología Médica UCM, Andrés Cabezas, “como profesionales de la salud no podemos excluirlos de la atención o no tener en cuenta sus necesidades y condiciones. Los tecnólogos médicos nos relacionamos directamente con el paciente y por ello es clave saber comunicarnos para brindar una atención humanizada y de calidad”.
Cabezas añadió que “el sello de nuestra Escuela es la humanización y el profundo respeto por la dignidad humana y eso lo hemos trasmitido a los estudiantes, tenemos que ser agentes de cambio desde la atención misma, que el paciente sienta confianza en nosotros y en que seremos un aporte importante a su mejora desde el área imagenológica u oftalmológica….