No era la forma de vida digna para un talento como el de Gustavo Cerati, a decir verdad, no es una forma de vida digna para absolutamente nadie. El día de hoy debemos lidiar con una noticia que nos entristece pero, de alguna manera, nos tranquiliza.
Después de cuatro años en una situación infrahumana, el exlíder de Soda Stereo dejó de respirar y finalmente partió a encontrarse con su padre, a ese que dedicó “Te para tres”alguna vez. Gustavo Adrián Cerati Clark nos regaló un cancionero exquisito, propio de un diferente, como siempre lo fue. Hoy no es el momento de hacer nada más que valorar su legado, de oír sus canciones, de recordar a uno de los músicos más privilegiados de Argentina y el mundo.
Con Zeta Bosio y Charli Alberti, Cerati revolucionó la escena musical latinoamericana en la década de los ochenta. Con altos peinados, pero por sobretodo, con buena música se ganaron una fanaticada leal que hoy en día llora la muerte de 1/3 de Soda Stereo. Y aunque en un principio la música de Soda era facilista si usted quiere, los caminos que comenzó a transitar rápidamente Cerati fueron más complejos y profundos, llegando a componer obras musicales propias de genios y que ganaron la admiración de millones. Sus últimas composiciones como solista se alejaban tanto de ese joven con muchos productos en su cabello que era francamente impresionante.
Aunque el golpe recibido en mayo de 2010, cuando después de una fatídica noche venezolana, cuando nadie entregó el cuidado inmediato necesario al músico después de un accidente vascular y Cerati entró en coma, fue mayor, hoy este último golpe de nocáut nos encuentra en otra situación, entendiendo el drama familiar y personal, pero agradeciendo el eterno descanso de un cuerpo agotado y ya sin alma hacía rato.
No muchos pueden alardear de un legado musical como el que construyó Gustavo Ceratien solo 50 años de vida. Una herencia que demoró solo algunas décadas en construir pero que nos regaló para toda la eternidad.
Gracias Gustavo Cerati por los recuerdos, por tu música y tu legado, el cual nunca será olvidado. Descansa en paz.